Las noticias de los últimos días, con el aumento exponencial de reservas de cara a este próximo verano, principalmente en el mercado británico, no son más que un oasis en medio del desierto. Algo así es lo que ha venido a decir la Asociación Internacional de Transporte Aéreo en su último comunicado.
Este organismo, que representa 290 aerolíneas que se traducen en 94% de la oferta internacional regular de pasaje, ha revisado a la baja las previsiones hechas semanas atrás. En esa primera valoración, estimaba que para final de 2021 la industria podría volver a estar en positivo. Sin embargo, ahora retrasa esa recuperación hasta 2022 debido a la debilidad con la que ha arrancado este año.
“2021 será peor de lo anticipado debido a los gobiernos de todo el mundo han endurecido las restricciones de viajes en respuesta a las nuevas variantes de COVID-19”, señalan desde IATA. Su director general, Alexandre de Juniac va incluso más allá. Reclama ayudas directas para el sector del transporte aéreo de pasajeros. “Si los gobiernos no pueden abrir las fronteras, necesitaremos que abran sus carteras con ayudas financieras para que las aerolíneas sigan siendo viables”, aseverea.
En cualquier caso, desde IATA considera “fundamental” la colaboración estrecha entre gobiernos y aerolíneas. El objetivo es realizar una adecuada planificación para “un reinicio de operaciones ordenado y seguro”. La asociación apuesta por “un pasaporte sanitario que permita a las aerolíneas establecer un protocolo para garantizar la seguridad en los vuelos”, así como “estándares globales para registrar pruebas y vacunas y un plan para registrar a los que ya han sido vacunados”.
