Aeropuerto BILBAO AIR

‘La Paloma’ cumple 20 años

Tal día como hoy, un 14 de noviembre, pero de hace 20 años, el aeropuerto de Bilbao estaba de estreno. Tras varios años de obras, La Paloma, como se la bautizó por su diseño con forma de ave con las alas extendidas, echaba a volar. El singular edificio ideado por Santiago Calatrava se vestía de gala para acoger el ceremonioso acto con el que se ponía en marcha una infraestructura que ha resultado clave en el desarrollo de Bizkaia en todos los ámbitos. Fue presidido por el entonces todavía príncipe Felipe, acompañado por el lehendakari Juan José Ibarretxe y los ministros Francisco Álvarez Cascos y Anna Birulés, junto con Diputado General Josu Bergara y el alcalde de Bilbao Iñaki Azkuna, entre otras múltiples autoridades del Territorio Histórico. Más de 400 invitados acudieron a la cita.

“Será una puerta de entrada hacia Europa y el mundo”, aseguró con acierto Álvarez Cascos en su discurso. En el nuevo edificio terminal, de 32.000 metros cuadrados de superficie, y el resto de instalaciones anexas que también se estrenaban, se habían depositado muchas ilusiones y esfuerzos. Nació con la intención de convertirse en un referente con el que dar un nuevo empuje al proceso de transformación de Bizkaia. Un edificio moderno, equipado con la última tecnología y servicios, ideado para dar cobijo a 25 aerolíneas y cuatro millones de pasajeros. Y el objetivo se ha cumplido con creces.

El salto del vetusto aeródromo de Sondika, la “cajita de zapatos”, como lo calificó cariñosamente Iñaki Azkuna aquel 14 de noviembre, hacia la nueva terminal de Loiu ha ido superando las expectativas creadas año tras año. “Si miramos las cifras, en la década de los 90 estábamos con un millón de pasajeros. Diez años después, cuando se inaugura la nueva terminal, eran ya 2,3 millones”, relata Ignacio Casas, director de Bilbao Air. “Cada diez años hemos ido aumentando aproximadamente dos millones de pasajeros. A finales de 2010, estábamos casi en cuatro millones”.

Una década de crecimiento

Y a partir de ahí, el despegue. El aeropuerto de Bilbao acabó 2019 rozando los seis millones de viajeros. Su récord histórico. Ese mismo año recibió, además, el Premio al Mejor Aeropuerto de Europa, otorgado por el Consejo Internacional de Aeropuertos, para aeródromos de entre 5 y 10 millones de pasajeros. Una distinción que venía a reconocer el esfuerzo realizado por el aeropuerto vizcaíno para mejorar los parámetros de calidad, tanto en sus instalaciones como en los servicios que ofrece a aerolíneas y viajeros.

“Detrás de todo eso hay un trabajo importante del aeropuerto, de los agentes promotores del aeropuerto y de los gestores de la conectividad del territorio, trabajando en equipo en coordinación con las administraciones”, apunta Casas.

Trabajo interinstitucional

“En ese equipo que se formó en 2017, que es el Comité de Desarrollo de Rutas del Aeropuerto de Bilbao, se ha trabajado de forma muy profesional y muy técnica, con un importante apoyo de AENA”, añade el director de Bilbao Air. “El trabajo ha sido muy de la mano, teniendo claro que los intereses son comunes, que el aeropuerto se desarrolla si el territorio tira, y el territorio tiene capacidad de desarrollo económico si tiene una infraestructura como el aeropuerto, que funciona y se desarrolla de forma paralela”.

Los números no hacen más certificar una realidad abrumadora. En la última década, el crecimiento ha sido de en torno al 10% en pasaje año tras año, el incremento en nuevas conectividades de entre el 5% y el 10%, “sobre todo a nivel internacional, que es algo muy importante porque te coloca en el mundo, te da mucha visibilidad, sobre todo a nivel europeo”, destaca Ignacio Casas.

Un desarrollo sostenido

El auge de la infraestructura aeroportuaria vizcaína ha traído aparejado también un claro incremento en diversos ámbitos para Bizkaia. “Según diversos estudios de organismos internacionales, un 10% de aumento de pasajeros, que es la media que hemos ido creciendo los últimos años, aporta al territorio, de media, al año siguiente, un crecimiento del 1% de PIB. También genera crecimiento de empleo. Cada 1000 pasajeros más supone 1 empleo generado en el sector servicios, ya sea directamente en el aeropuerto o en su entorno, con lo que estamos hablando de un montón de empleos que están vinculados a ese crecimiento. Y también un 4% del turismo y del 3% en los niveles de exportación”, resalta.

“Esos datos dan valor a la importancia que tiene el aeropuerto, una infraestructura que ha ido creciendo, que se ha ido desarrollando a medida de las necesidades del territorio, y cuya gestión y dirección están alineadas con la estrategia de prosperidad económica del territorio”, concluye Casas.

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