Incertidumbre. Esa es la palabra que mejor define la situación actual. Situación delicada que atraviesan aerolíneas, aeropuertos y demás elementos involucrados directamente después de un año cercenados por el coronavirus. Un hecho que ha retrotraído el sector a cifras prácticamente olvidadas, y a las que costará regresar una vez finalice la pandemia.
Con un primer trimestre de 2021 en el que la conectividad se mantendrá bajo mínimos, y unas perspectivas no demasiado alentadoras, a día de hoy y de cara a la Semana Santa, todas las miradas se dirigen hacia la campaña de verano. Una época para la cual los expertos creen que la demanda se basará en la confianza que surja de los programas de pruebas y vacunación, que reemplazarán la necesidad de la cuarentena y abrirán las fronteras.
Antes, en Semana Santa, es probable que los principales destinos vacacionales a nivel local estén operativos, pero dependerá de la evolución sanitaria de la epidemia. Esa tendencia seguirá previsiblemente vigente también para la temporada alta, entre junio y septiembre. Desde Bilbao Air, la Sociedad de Promoción del Aeropuerto de Bilbao, se confía en que “la verdadera recuperación de la actividad y la conectividad puede venir con la temporada alta de verano”.
Junio, mes clave
Esa es la previsión que está sobre la mesa y con la que se está trabajando con el fin de reflotar el aeródromo vizcaíno como la infraestructura de referencia en la Cornisa Cantábrica. “Podemos empezar a ver incrementos en las conexiones a partir de junio, empezando por recuperar nuestras conexiones nacionales”, indican. “Quizás en el periodo alto de verano (julio, agosto y septiembre) podamos recuperar conexiones internacionales”, añaden.
En este sentido, desde Bilbao Air los esfuerzos se van a centrar en “recuperar lo que teníamos antes de la pandemia, tanto a nivel nacional como internacional: Londres, Ámsterdam, Bruselas… además de incrementar frecuencias con París, Múnich o Frankfurt. Van incluso un paso más allá, con la mira puesta en poner en marcha “rutas que habíamos conseguido y que no se pudieron inaugurar”. Es el caso de las conexiones con Lyon o Rotterdam.
“Bilbao es un destino muy interesante y así lo hacemos ver en nuestro trabajo con las aerolíneas”, subrayan. “Trabajamos con ellas para recuperar lo que teníamos, tratar de apoyarlas y pensar en algo nuevo, ya para 2022 probablemente, aunque sorpresas siempre puede haber”.