Todo el país está inmerso desde hace unos días en un episodio meteorológico con fuertes lluvias y algunas nevadas. El primero de una temporada invernal para la que ya se preparan los aeropuertos estatales. Aena ha puesto ya en marcha su plan de actuaciones invernales en 21 de los aeródromos que engloba su red, incluido el Aeropuerto de Bilbao.
Este plan rige los procedimientos a seguir en caso de contingencias derivadas del hielo o la nieve, con el objetivo de minimizar su incidencia en el tráfico aéreo de pasajeros y mercancías y garantizar la seguridad.
En este plan participa tanto personal de Aena como otros agentes implicados, entre los que están las compañías aéreas y los agentes handling de asistencia en tierra, con quienes se coordinan diversas actuaciones.
Durante la temporada de invierno, los trabajos preventivos se centran en el seguimiento exhaustivo de las condiciones meteorológicas; el chequeo continuado del estado del pavimento en pistas, calles de rodaje y plataforma; asegurar la disponibilidad de equipos y material fundente y realizar mediciones periódicas del coeficiente de rozamiento. Para ello, se destinan un centenar de vehículos destinados a la retirada de nieve y hielo, así como otros vehículos provistos de cuchillas y esparcidores de urea.
Protocolo a seguir
Según detalla Aena, se trabaja de forma coordinada con Aemet para prevenir episodios de meteorología adversa. Si las pistas y la plataforma están húmedas y aún no se ha producido acumulación de nieve o formación de hielo, se procede al esparcido fundente sólido o líquido o bien una combinación de ambos como tratamiento preventivo. En caso de que la nieve ya esté presente, ésta limpian con vehículos que disponen de cuchillas quitanieves y esparcidores de fundente sólido o líquido. También se utilizan vehículos barredoras de pista y ocasionalmente los camiones del servicio de extinción de incendios fuera de línea o en reserva, en los que se instala una cuchilla quitanieves específica para su uso en aeropuertos.
A continuación, los vehículos medidores de fricción comprueban el coeficiente de rozamiento de las pistas para verificar que es el adecuado. Si el resultado es positivo, se comunica a todos los implicados que el aeropuerto vuelve a estar operativo.